Amigos y lectores, estamos en una crisis que no hemos creado nosotros. Cierto. Pero si de algo estoy seguro es que sin la ayuda de todos no podremos salir de ella. Los políticos se tiran los trastos a la cabeza los unos a los otros buscando responsabilidades. Y eso en sí mismo no deja de ser una cortina de humo que oculta el verdadero problema: no se están dando los pasos necesarios para avanzar hacia el fin de la crisis. Cada paso que se ha dado nos hunde más en la miseria. Se está empobreciendo la clase media para que dentro de poco sólo haya pobres y ricos. La educación no sólo va a peor. Realmente no quieren que la gente adquiera eso que llamamos pensamiento independiente. Si seguimos así, volveremos a la edad media. Habrá una élite rica y bien educada que nos gobernará y lo demás serán pobres sin acceso a la educación ni poder siquiera sobre sus propias vidas. Mientras los gobiernos hacen esto, hay un movimiento empresarial que subrepticiamente trata de recuperar el terreno perdido en lo laboral y lo social, sobre todo en los pasados siglos XIX y XX. Esto se está haciendo con la connivencia y dirección del gobierno. Al fin y al cabo los políticos no son más que los perros de los que en realidad mandan desde las sombras: la élite adinerada. Nada ha cambiado. Como siempre, mandan los ricos sobre los pobres. Claro, bajo un tupido velo de falsa, y políticamente correcta, democracia.
¿Cuál es, entonces, la salida de este laberinto en el que no somos más que ratones amaestrados? No tengo todas las respuestas, pero sí me gustaría dar unas direcciones de por dónde podría andar la solución. Son estas:
- Dejar de colaborar con el sistema "democrático". No caigamos en el error de pensar: "mi partido es mejor que el que está gobernando". No es eso. Todos ellos tienen el mismo objetivo y es algo totalmente en contra de nuestros intereses. Por tanto, ¿por qué ir a votar? Recomiendo no seguir los medios durante el periodo electoral o entrenar el ojo para evitar el contenido electoral de los mismos (si es que no se puede pasar sin ellos _lo que es una mala señal).
- Acabar con los hábitos consumistas. Si somos capaces de volver a una vida sencilla, nos daremos cuenta de cuán poco necesitamos para vivir y ser felices. Si se vive en el campo, no sería mala idea echar unas gallinas y plantar un pequeño huerto. Se puede convertir en un buen hobby y hacernos algo más autosuficientes. Además, nuestra alimentación mejorará con creces al consumir productos totalmente naturales.
- Desobeciencia pasiva. No todos podemos ser Gandhi, pero hay cosas que pueden hacerse siguiendo su ejemplo. Sobre todo debemos evitar la violencia de cualquier tipo a toda costa. Sólo nos envilece más y no contribuirá en nada a nuestro bienestar.
- Boicot organizado. Esas grandes multinacionales que están jodiendo Africa y el Amazonas, que de paso tampoco nos ayudan, deben comprender que nosotros los tenemos cogidos por los huevos. Si se pudiera hacer un boicot organizado y evitar que durante un periodo no se compren sus productos, supondría unas pérdidas millonarias para ellos y sin duda llamaríamos su atención.
- Protección del pequeño comercio. Las grandes superficies deshumanizan la venta de productos y se aprovechan de nuestras páutas de comportamiento de maneras que jamás hubiera llegado a sospechar si no estuviera bien informado. Ya que abusan de esa forma, lo menos que podrían hacer es ayudar a las familias necesitadas. Los productos a punto de caducar podrían repartirse entre los más necesitados. También deberían invertir en el pequeño comercio al que desfavorecen abiertamente. Hagámos que lo entiendan de la forma más sencilla. Siempre que tengamos oportunidad, acudir al pequeño comercio. Premia cadenas que sí realicen estas actividades.
- La información es poder. Estar bien informado hoy en día requiere beber de muchos medios y saber leer entre líneas. Muchas veces lo interesante es lo que no aparece. Lo que no nos cuentan. Es importante saber idiomas y leer lo que dicen fuera de España. También es necesario haber disfrutado de una buena educación y tener un pensamiento crítico capáz de desmontar la realidad que nos dan los medios y entresacar lo que de verdad está pasando.
- No vender oro ni piedras preciosas. Si tienes oro, no lo vendas. O en todo caso, hazlo como último recurso. El oro sube y seguirá subiendo. Quizá sea lo que te salve si la cosa se pone mal de verdad. No quiero dar una imagen apocalíptica de la situación. La realidad es que muchos se están enriqueciendo a causa del comercio del oro. Procuremos no contribuir más a ello sin necesidad.
Y hasta aquí llegan mis ocurrencias. Creo que el más importante de todos es el punto dos. Aprender a vivir con poco. Porque no es rico el que mucho tiene, sino el que poco necesita. Con esto no quiere decir que la subida de impuestos y los recortes sean legítimos. Todas esas medidas no arreglarán gran cosa, salvo dejarnos sin blanca y sin cobertura social
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